
16 May IHUM Interfaz Humana para usuario máquina
Más las computadoras se superan como máquinas, menos aparecen como máquinas; y menos aparecen como
máquinas, más aparecen como conciencia, o próximo de nuestra conciencia.
René Berger
En un acto de deseosa exposición, autoexposición, publicaré aquí la tesina de mi Licenciatura el año 2004. Hago esta publicación como una acto de reivindicación acerca de los pensamientos que se cruzaban en mi cabeza durante esos años. La mezcla de de arte, ciencia y tecnología se volvía abrir, pero con un sesgo bastante marcado. El trabajo expuesto producto de la tesina pretendía abordar esa situación y ese sesgo. Pienso que la tesis y la obra fue superada y cada día lo hace más y más.
Les dejo en la entrada la conclusión de esa tesis y un vínculo por si quieren leer la tesina completa.

IHUM, Interfaz Humana para Usuario Máquina
CONCLUSIÓN
“El hombre no bebe el té, es el té el que bebe al hombre.
No eres tú quien fuma la pipa, la pipa te fuma a tí.
El libro me lee.
La televisión me mira.
El objeto nos piensa.
El objetivo nos contempla.
El efecto nos causa.
El lenguaje nos habla.
El tiempo nos pierde.
El dinero es el que nos gana…”
Jean Baudrillard
Las herramientas tecnológicas, aquellas que el hombre ha fabricado con el objetivo de ayudarse en funciones que lo superan en fuerza o precisión, producen en él una suerte de “encantamiento”.
La humanidad, podríamos decir, ha superado una gran cantidad de obstáculos, ha conquistado espacios de su entorno físico, ha logrado hacerse cada vez más resistente a las enfermedades, gracias al ingenio y la eficiencia con que ha modelado sus herramientas. Pero hasta hace unos años, las herramientas que siempre tuvieron un carácter absolutamente funcional, han comenzado a transformarse en creaciones que pretenden reemplazar al ser humano en sus tareas y no solo ayudarlo y/o apoyarlo. Ejemplo de estas herramientas son las que se circunscriben dentro de las llamadas “nuevas tecnologías”.
Estas nuevas tecnologías, son creaciones a las que el hombre ha pretendido entregarle algo más que una funcionalidad técnica, las ha cons truido de manera que no solo sean artefactos que gozan de precisión en la ejecución de una tarea específica. Le ha transferido partes de su humanidad a los conjuntos de cables y sistemas que arman estas máquinas tecnológicas. Además, hace referencia a algu nos de los elementos que las arman con conceptos similares a los que usa para hacer referencia a partes de su propio cuerpo: memorias, cerebros, neuronas, son conceptos que hoy se usan indistintamente para hacer referencia a componentes biológicos o artificiales.
A pesar de tener un comienzo bastante incierto, hoy, ellas ocupan lugares de privilegio en nuestro entorno .
Y podríamos alegar indiferencia ante las conquistas que estas tecnologías han logrado. Quizás porque aún suponemos tener control. Quizás, también, porque abogamos por un uso dosificado de ellas. Pero poco a poco las evidencias del grado de influencia que tienen sobre nosotros empiezan hacerse notar.
A lo largo de este escrito, se ha hablado sobre la ilusión que provoca el estar parados frente a una máquina. La ilusión de creer que un sistema complejo de procesos y funciones, responde a nuestros deseos. Que tenemos claridad sobre el cómo y qué debiera suceder al estar sometidos a la interacción con una máquina, que ha sido nuestra creación. Se ha hecho referencia a los “mecanismos” con que hemos dotado a estos sistemas para lograr la captura y registro de nuestras pretensiones: inmersión, fascinación y satisfacción. Mecanismos que evidencian las falencias y aciertos con que nos vemos a nosotros . Pero aprendemos, el hombre aprende y corrige. Y con esto, también nuestras creaciones lo hacen, haciendo más eficientes sus mecanismos de conquista.
Y en este proceso, cada vez se hace más difuso el deseo del control. Caemos rendidos ante nuestros propios métodos de seducción extendidos e insertos dentro de las máquinas.
Este escrito no ha pretendido ser un llamado de alerta o una denuncia sobre este hecho, si no más bien, ha pretendido reflexionar sobre él. No es posible obtener una conclusión definitiva . Aún ha de pasar mucho tiempo antes de eso.
Pero quedan interrogantes en el aire, ¿cuál es la razón de crear sistemas que son “imagen y semejanza” de nuestras pretensiones y sobre las cuales hacemos descansar la responsabilidad de nuestros deseos?, ¿cuál es la distancia que se ha producido entre el desarrollo técnico de éstos sistemas y nuestros conocimientos sobre él?
Las respuestas a estas interrogantes podrían elaborarse dentro del marco de distintas disciplinas del conocimiento.
Pero este escrito y el proyecto que ha sido descrito están insertos dentro del marco de una investigación artística. Y ha pretendido dar una mirada y a construir un contexto sobre el cual se han comenzado a desenvolver muchas áreas relacionadas a la cultura.
La redacción de este texto y el desarrollo e implementación de IHUM han sido simultáneos, la intuición original ha sido fundamentada en la investigación y el planteamiento formal del proyecto.
Se ha corregido el proyecto a partir de las ideas que aquí se exponen y se ha corre gido la teoría a partir de las pruebas hechas con el montaje realizado. Al redactar las ideas que están detrás de este proyecto se han explicitado procesos que ocurren cotidianamente y se ha buscado ponerlos en evidencia.
Dentro del marco del Taller de Grado e inserto en los montajes preliminares para la evaluación de ese taller se ha constatado la lectura que se realiza de ella y las reacciones que ha provocado: el acercamiento generado por la curiosidad, el ensayo y error en busca de una respuesta, la satisfacción de encontrar esa respuesta y las posibles explicaciones que se construyen cuando se relata la obra. Se ha cuestionado desde la composición de los elementos involucrados en el montaje hasta la manera en que IHUM responde a los estímulos que el espectador le entrega.
Sin embargo muchas de las reacciones están predominantemente marcadas por las costumbres arraigadas (y eficientes) que ya se han aprendido con otras máquinas, con aquellas que se utilizan rutinariamente. El mensaje tarda en llegar porque lo detiene la costumbre. Pero el mensaje está ahí, alojado en la relación entre usuario e interfaz, alojado en esta presentación hecha obra. El mensaje está esperando por quien una vez terminada la fascinación y el encandilamiento de su implementación , y a pesar de su costumbre, sea espectador del equívoco de su lugar en la obra.
Daniel González Mellado, 2004
Esta tesis contó con la colaboración de Jorge Sepúlveda Tapia – Curatoria Forense
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